"¿No sería mejor que la matáramos que vivir tan cerca de un monstruo como Luna?". Fue uno de los comentarios de personas inescrupulosas en redes sociales sobre la beba, quien nació con una mancha en la cara por un nevo gigante de melanocitos congénitos (GCMN) y que, a pesar de ello, demuestra día a día tener más coraje que esos odiadores seriales.
A pesar de esa "máscara de Batman" en el rostro, la nena de ocho meses está completamente sana, pero los médicos temen las manchas y lunares sean inestables, que se conviertan en un melanoma y deriven en un cáncer de piel.
A raíz de ello, los profesionales en Estados Unidos sugirieron eliminar la mancha con un tratamiento largo de 80 operaciones en cinco años, muy costoso.
Cuando la historia de Luna se hizo viral en internet, la familia Fenner recibió el contacto de médicos en Rusia, más precisamente de una clínica de Krasnodar, que se ofreció a ayudar a la beba mediante su especialización en terpia fotodinámica con láser.
Es un tratamiento menos invasivo para Luna, más sencillo y barato. Consta de entre seis y ocho operaciones a lo largo de un año y medio como máximo, que incluye entre medio de las intervenciones la posibilidad de encarar la rehabilitación en su hogar de Miami.
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Carol, la madre de la beba, mostró en su cuenta de Instagram los resultados del inicio del tratamiento. Según el doctor Pavel Popov, la primera operación superó las expectativas.
Aunque ahora la pequeña tiene piel rosada y pequeñas costras en su frente, el profesional informó a la familia que esas heridas desaparecerán con el tiempo.
"Estoy tan feliz de haber seguido mis instintos de madre y venir a Rusia", escribió la mamá de Luna para luego agradecer las donaciones y los apoyos recibidos.
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