Portada  |  23 mayo 2020

Mano a mano con el árbitro Facundo Tello Figueroa: cómo vivió dirigir la definición de la Superliga, sus sueños mundialistas y el apoyo de la familia hasta con banderas

El árbitro bahiense es uno de los mejores del fútbol argentino. Previo a la pandemia fue candidateado para estar en Qatar 2022. Una charla distendida con Telefe Noticias Bahía Blanca

Deportes

El árbitro bahiense Facundo Tello ya no es más una proyección dentro de la Primera División del fútbol argentino: hoy es una realidad y de los mejores de nuestra liga. No es una afirmación tendenciosa por ser un coterráneo, es más bien una confirmación avalada por la AFA y Conmebol: previo a que el Coronavirus cambie los planes del mundo, el juez formado en la Liga del Sur había dirigido la definición del campeonato en cancha de Boca y fue elegido como uno de los dos candidatos de nuestro país para dirigir el Mundial de Qatar en 2022.

En una charla amena y distendida en medio de la cuarentena obligatoria, mientras disfruta más del tiempo con sus dos hijas y su mujer, algo que los viajes por su trabajo no se lo permiten en el medio de la vorágine, Tello habló de todo con Telefe Noticias: sus complicaciones para disfrutar un partido en el que imparte justicia, los mejores jugadores que vio en un campo, su sueño mundialista y el apoyo de la familia, sobretodo del abuelo “Figue”, entre otros temas.

- ¿Se puede disfrutar dirigir un partido que define el Torneo como Boca – Gimnasia?

- A mí me pasa que no disfruto demasiado los partidos. El día que me retiré eso lo voy a sentir. Ese partido en la Bombonera lo tomé como uno de los tantos partidos que tenemos cada fin de semana, aunque sin desconocer la exposición extrema que tenía porque lo que se definía. Tenía que estar en los detalles porque cualquier equivocación se iba a sobredimensionar más que otro juego. Más allá de eso, lo dirigí con la misma importancia que a cualquier otro.

- ¿Dentro de la cancha sentías que era algo diferente?

- Se notaba que estaban pendientes de lo que pasaba en Tucumán y percibí que era importante tanto para Boca como para Gimnasia. Por suerte tuvimos un partido a la altura de la circunstancia, sin influir en la definición.

- ¿Cuál fue tu mejor partido desde que sos árbitro de Primera?

- Es difícil decirlo. Yo me quedo más con las circunstancias que con el juego en sí. Muchas veces yo puedo elegir con uno de menor relevancia y otros observarán los de mayor. Dirijo en canchas, torneos y equipos que yo soñaba. Estoy viviendo experiencias muy lindas como para elegir una.

- ¿El árbitro se da cuenta cuando se equivoca feo en un partido?

- Siempre estamos tratando de aprender. Para mí la autocrítica es por demás. Considero que en cada caso hay cosas para ir mejorando. Yo me enfoco en el funcionamiento y en el control. Las decisiones las tomamos seguros, aunque muchas veces nos enteramos de un error cuando terminaron los 90 minutos. La equivocación es parte de nuestro trabajo.

- ¿Qué futbolista te sorprendió dentro de una cancha?

- Soy muy futbolero y es como que todos los fines de semana cumplo un sueño de salir a una cancha profesional. Sin ir más lejos, cuando me tocó dirigir a Lautaro Martínez a los 20 años parecía que tenía 30, que sabía todo. Lo mismo sentí con Giovanni Lo Celso. De los de más experiencia me quedo con Maxi Rodrgíuez, grandísimo jugador que da gusto dirigir por su calidad como profesional y cómo se maneja dentro de la cancha.


- ¿La ayuda de los líderes de los equipos es clave para la conducción?

- Si, como Maxi o Leo Ponzio. Dan bajadas de línea sanas y para nosotros es mejor.

- ¿Qué significa ser uno de los dos candidatos para ser el árbitro argentino en el Mundial de Qatar 2022?

- Me llena de orgullo. Es algo muy lindo y de lo que hasta hace un tiempo me daba pudor hablar.

- ¿Te propusiste disfrutar el camino de estos años y medio hasta cumplir ese objetivo de ser mundialista?

- Estoy convencido que debo hacerlo. Que tenga una burbuja de concentración que en los partidos no quiere decir que no disfrute el camino. Son cosas que no pasan casi nunca en la vida de un árbitro. Es mucho privilegio, que multiplica mi responsabilidades por lo que tengo que prepararme más que nunca. No tengo que descuidar cada escalón que podría llevarme al final de la escalera.

- ¿Cuál es el mejor árbitro de Sudamerica?

- Soy un admirador de los argentinos. Te puedo nombrar a muchos: Rappalini, Pitana, Losteau, Vigliano u Herrera. Nos hacen quedar bien en todos lados.


- ¿Al árbitro argentino le sobra para dirigr internacionalmente? Hay una idea de que les cuesta menos dirigir Copa Libertadores que Torneo local

- Sobrar nunca, porque este deporte es muy exigente. Si es verdad que los futbolistas de otros países saben que estamos capacitados para dirigir y que nuestra Liga es de las más competitivas. Eso puede beneficiarnos.

- ¿Qué se te cruza por la cabeza cuando entras a un Estadio como el Maracana?

- Es alcanzar algo que para mí era utópico. Tener la posibilidad de cumplir el sueño de arbitrar en canchas como esas, viendo la gente y el lugar, no sé si termino de disfrutarlo como se debe. Creo que en el final del camino lo voy a valorar más.


- Ya tuviste experiencias con el VAR, ¿Qué opinión te merece como utilidad para tu tarea?

- Es una herramienta nueva de la que debemos adaptarnos. A mi me resulta positiva. Vamos aprendiendo.

- ¿Qué se siente estar dentro de los árbitros del VAR, en el móvil?


- La primera experiencia fue de mucho estrés, mayor de la que estar dentro de un campo. Esa vez me tome las pulsaciones con un reloj, porque me sentía falto del aire, y cuando miro tenía 90 y pico. Estaba solamente mirando una pantalla. Eso demuestra la necesidad que tiene uno a la perfección del trabajo. Ahora ya no me pasa de ponerme así, pero en ese momento era algo nuevo.

Hay que considerar que el VAR es manejado por seres humanos y que van a seguir existiendo los errores. No decide una máquina. Es clave para nosotros que tener la humildad de corregir equivocaciones dentro del partido.

- En tu casa, ¿miran los partidos que dirigís?

- De reojo. Ninguna de las tres entiende y en esto la incluyo a mi mujer. Ponen el TV y ven de pasada. A mí me viene bárbaro que no les interese porque me desenchufo cuando llego. Le doy importancia solo a las devoluciones de mis superiores y en que corregir.


- Ellas no, pero tu papá y tus hermanos, ¿Son críticos?

- Después del partido siempre recibo el mensaje de mi viejo y yo eso lo espero. Mi hermano y mi abuelo que vive en Mar del Plata igual. Todos los que me rodean me aportan un equilibrio que es clave para hacer mi trabajo.


- Es la particularidad del árbitro, en la cancha no tenés hinchada

- Muchas veces mis amigos o familiares me acompañan a la cancha y, más allá de que no pueden gritar por mí, sé que están cerca y eso me da impulso. Una vez mi abuelo “Figue” viajó de Mar del Plata a Buenos Aires el día que debuté en la B Nacional en cancha de Ferro con Defensa y Justicia, en 2013. Salgo a la cancha y miro que en la platea hay una bandera que decía “Vamos Facu”. La había llevado él, que en ese momento tenía 80 años. Hoy guardo ese recuerdo con alegría y nos genera gracia, pero ya le pedí que no lo vuelva a hacer para que no corra ningún riesgo (risas).

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