Según los informantes, la magistrada evaluó que la situación de R.J.L.B. y su madre se agravó en los últimos meses porque la mujer, peluquera y manicura a domicilio, no pudo trabajar debido a las medidas sanitarias y restricciones ambulatorias por la pandemia de Covid-19.
Por los mismos motivos, el centro de día “Luz de Luna”, de esta capital, al que el joven concurría, permaneció cerrado.
La jueza ordenó que la mujer sea incorporada al programa “Ciudadanía Porteña- Con Todo Derecho”, que tenía concedida en forma cautelar- para “satisfacer la dieta alimentaria” prescripta por los médicos, “mientras el GCBA no demuestre fehacientemente que su situación de vulnerabilidad socio-económico ha cesado”.
Al promover la acción de amparo, la mujer aclaró que para paliar la situación retiraba viandas de almuerzo tres veces por semana del comedor de una iglesia de su barrio y que ha recibido algún bolsón de comida del Gobierno de la Ciudad, pero resulta insuficiente para cubrir sus necesidades.
Fuente: Télam
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