Sin dudas, el alma de Panaholma es su río, que trae las aguas frescas desde lo más alto de Achala y va caminando por el valle. El entorno ofrece espacios únicos para disfrutar las tardes otoñales.
En el centro del pueblo se destaca la iglesia dedida a Nuestra Señora del Rosario, erigida por impulso del Santo Brochero en 1908.
Desde allí se pueden elegir diversos senderos que invitan a adentrase al paisaje serrano y sentir sus aromas.
Poblado, sierra y río se encuentran para crear un lugar mágico, donde disfrutar lo más auténtico de la naturaleza de Córdoba.
Panaholma se brinda con su serenidad natural, para aquellos que llegan a descubrir la magia encantadora de Traslasierra.
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