Shana Stamey es la dueña de Gipsy, una perra pastor alemán de color blanco que el pasado viernes dio a luz a una camada de diminutos cachorros.
El parto transcurría según lo previsto después de la aparición de los tres primeros animales, pero la sorpresa saltó con el cuarto. No era blanco como su madre ni negro como alguno de sus hermanos: era verde.
Shana buscó por Internet y descubrió que no se trata de nada dañino para el perro. Tal y como explica la veterinaria Suzanne Cianiciulli a la cadena de televisión WBTV, el color es producto del meconio, el primer excremento de los mamíferos. "En el saco en el que se encuentran cuando están en el interior de su madre, puede haber meconio y eso tiende a mancharlos".
Cianiciulli señala que los cachorros de pelaje claro son especialmente propensos a salir del útero materno teñidos por meconio.
De momento, la familia Stamey está feliz de tener a un perro verde entre ellos, aunque piensan darlo en adopción en un futuro próximo como al resto de sus hermanos. Lo bautizaron Hulk, por el famoso personaje televisivo, con el que aseguran que, además del color, comparte un apetito voraz.
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