Por el lugar donde se produjo la explosión, -alejado de la cocina donde están las conexiones de gas- y los primeros indicios aportados por los vecinos y los bomberos que acudieron a combatir el fuego, pierde fuerza la posibilidad de una fuga de gas en la academia musical Sur.
Aunque los propietarios del taller de música siniestrado sostienen que la deflagración y el posterior incendio fueron intencionales, aún resta desestimar otras hipótesis accidentales como desperfectos eléctricos o acumulación de otros elementos combustibles.
En el informe de esa investigación trabajan los Bomberos de la Provincia, y el fiscal de instrucción que lleva el caso, Gustavo Dalma, espera contar con esa pericia clave en las próximas horas.
Una de las vecinas de la esquina de las avenidas Nores Martínez y Talleres, de barrio Jardín, que se asomó apenas escuchó la detonación, afirmó haber visto un auto negro, chico, que aceleró a gran velocidad desde el lugar del incendio.
Sin embargo, en la temprana hora de un día feriado -eran aproximadamente las 7.30 de ayer cuando se produjo la explosión- las calles estaban prácticamente vacías y no se presentaron otros testigos directos del misterioso auto negro.
Precisamente el día no laborable y la hora temprana favorecieron que no hubiera heridos por el estallido, que reventó las aberturas del inmueble esparciendo vidrios, rejas, persianas y cortinas hasta el borde de la calle.
Los propietarios de la academia recordaron que a mediados de 2019 -durante los últimos días del receso de invierno- sufrieron un atentado incendiario. En esa ocasión, rociaron con combustible la puerta de ingreso y le prendieron fuego, pero los daños se limitaron a esa puerta.
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