El juicio, llevado a cabo en San Francisco, reveló la violencia extrema que sufrió Lorena, quien fue hallada desvanecida con heridas graves en su cuerpo y el rostro desfigurado. Meurzet, obsesionado con Lorena, la hostigaba desde hacía años, según testimonios recabados durante la investigación. A pesar de las denuncias previas por violencia y acoso, la Justicia levantó una orden de impedimento de contacto que Meurzet no respetó.
El intento de femicidio dejó a Lorena gravemente herida, con traumatismo de cráneo y contusiones pulmonares. Sin embargo, la fuerza de la mujer permitió que se mantuviera con vida y que finalmente, un año y medio después, su agresor fuera condenado. A pesar de esto, desde su entorno expresan su desazón ante lo que consideran una pena insuficiente para el daño causado.
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