El "Duende", como lo apodan, hace 20 años que trabaja como limpiavidrios en una de las esquinas de Cañada en barrio Güemes. En tiempos de pandemia reconoce los riesgos que implican su exposición diaria pero también es consciente que si no sale a trabajar no puede llevar el pan a su casa.
La situación sanitaria del país y con el incremento de casos positivos de coronavirus, el "Duende" afirma que cada vez menos gente le da una colaboración por su trabajo. Él atribuye el temor que tienen los automovilistas en general por el contacto con el dinero.
Como medida de seguridad, él utiliza barbijo permanentemente y limpia sus manos con frecuencia. Así mismo, la situación económica también afectó sus ingresos, ya que los pocos automovilistas que bajan el vidrio para acercarle una colaboración le pagan muy poco.
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